Después de asistir al bombardeo mediático, a partir del cual diarios, canales de televisión y revistas exhibieron, en primerísimos primeros planos, el triste final de la vida de Muamar el Gadafi, hubo gente absorta que se preguntó cuál sería la pulsión que motoriza a los seres humanos a regocijarse ante la imagen de un cuerpo inerte y sanguinolento.
Casi sin querer, la respuesta surgió de la revista Nature Communications que en estos días difundió una sorprendente investigación. La publicación aseguró que los seres humanos descienden de un depredador marino que, hace 500 millones de años, devastaba congéneres a fuerza de poderosas mandíbulas y un sexto sentido que le otorgaba una sensibilidad extra para detectar movimientos en el agua.
La temible criatura marina poseía dientes filosos y una vista excelente y, aunque la revista no lo diga, uno puede imaginar que si ese ancestro del hombre hubiera tenido la posibilidad de encontrarse con el cadáver destrozado de Muamar el Gadafi no sólo habría observado fijamente la televisión para no perderse detalle de cada herida, sino que seguro terminaba mordiendo la pantalla con ahínco depredador.
Siguiendo el designio del antepasado marino, quienes se regodearon ante las imágenes del cuerpo masacrado del libio demostraron ser unos verdaderos pescados.
0 comentarios:
Publicar un comentario