En Argentina, la Justicia Laboral rechazó el reclamo de un empleado y avaló su despido, al considerar que, entre otras cosas, “alteró la disciplina de su lugar de trabajo” cuando le gritó a su jefe que era “un explotador y un cagador”.
El despido fue "con causa", es decir, sin derecho a indemnización, ya que
El empleado, que cumplía turnos de 11 horas diarias de labor, arrastraba una larga cadena de frustraciones y, cuando su jefe le pidió "mayor compromiso con la tarea", esa cadena se salió de cauce para siempre: el tipo encaró al gerente y le gritó: —Sos un hijo de puta, ¡cagador! Esta empresa es una mierda, ¡explotadores!—.
Después, enfrentó a sus compañeros y les dijo: —¡No hay que dejarse explotar! ¿Cómo pueden seguir acá? —. La respuesta, para desesperación del empleado ofuscado, fue un leve murmullo, acompañado de un "pará, loco, calmate".
Al emitir su fallo a favor de la empresa, los camaristas consideraron que el empleado "se negó, de hecho, a cumplir sus tareas, ya que no prestó servicios durante un importante lapso y, además, agredió verbalmente a compañeros y superiores".
En fin, lo dejaron solo, como loco malo. Y sin indemnización. Un ineludible precedente para cada uno de los millones de grises empleados que, jornada tras jornada, se "tragan el sapo" y optan por morder su rabia (no sea cosa que la cadena se salga).
Bueno, ya saben. Mañana, ¡mutis y a trabajar!
2 comentarios:
La decisión de la Justicia fue una TOMADA, como el ministro de Trabajo de la Nación, total de pelo.
Si la Justicia no la gana, la empata, como ZAPATA: "...No vamo a trabajar, no vamo a trabajar..."
Eso es lo que se llama un verdadero juego de palabras. Su comentario fue tan impecable amigo, que nos dejó mudos y perdidos, en el medio de la niebla... y eso que el Turco es usted.
Abrazo y gracias.
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