MONOS TRANSGÉNICOS: LA CIENCIA ATACA DE NUEVO

29/5/09

Científicos japoneses acaban de implantar con éxito en monos tití un gen que es propio de las medusas y, gracias a ello, consiguieron hacerlos con patas fluorescentes. Es más, los especialistas se jactan de haber logrado que uno de esos monitos le haya traspasado el "gen medusa" a su cría, hecho que constituye un récord, ya que es la primera vez que un simio hereda de su progenitor un rasgo implantado por el laboratorio.

Los expertos festejan porque dicen que en poco tiempo será mucho más fácil crear animales con enfermedades humanas, lo que permitirá estudiar mejor males como el Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica.

Suena asqueroso, claro, pero aunque a nadie le guste pensar en eso, así es como avanza la ciencia médica. Se traen animales al mundo, se los somete a circunstancias torturantes y, capitalismo de por medio (a mayores recursos económicos, mejor atención), poco a poco se incrementa la expectativa de vida de hombres y mujeres.

En ese contexto, entonces, hay que entender que la ciencia se apreste por estos días a crear “colonias de monos transgénicos”, que incubarán en su interior enfermedades humanas, con el fin de que todos vivamos mejor.

Eso sí, como todo está sujeto a márgenes de error, no se extrañen si dentro de un par de años aparece alguna epidemia “escapada” de algún tubo de ensayo que se cayó “por culpa de no sé quién”, o una repentina fiebre con un virus difícil de reconocer.

Es más, quién les dice que un día de éstos los bichitos no se cansen y, rebelión en la granja de por medio, tengamos en la calle ejércitos de monitos fluorescentes clamando venganza. Tal vez hasta se sumen un par de lindas “Holando-Argentina” que, blandiendo banderas a favor del mal de la “vaca loca”, avancen hacia Plaza de Mayo puteando a diestra y siniestra, en repudio a aquellos años en que eran exhibidas en la Sociedad Rural. Eso sin abundar en detalles sobre las columnas de cerdos, que bien podrían abandonar los chiqueros provistos de tubos de ensayo con gripe porcina, cosa de hacer justicia por mano propia. De llegar ese día, párrafo aparte merecerán los cobayos o conejillos de Indias. Vayan imaginándoselos, vestidos con guardapolvos de médico y pequeños pañuelos piqueteros, marchando por Recoleta con jeringas en la mano al grito de:
─ ¡Ya no les tenemos miedo!

0 comentarios: