Pensar que hasta hace un tiempo todos suponíamos que las piletas servían para refrescarse, aprender a nadar mariposa, recuperar una rodilla maltrecha o asistir al nacimiento de un bebé de padres “súper-cool”.La realidad, y la extravagancia de las nuevas investigaciones universitarias, nos muestran lo contrario. Observen cómo estos simpáticos tigres se divierten cual si fueran gatitos inflables, en una piscina norteamericana. El milagro, o el absurdo (según se vea), es un regalito del Instituto de Animales en Peligro de Miami, que decidió invertir en un proyecto que consiste en el “amansamiento de tigres” a través de prácticas acuáticas.
La investigación busca demostrar que, contrario a lo que cualquiera imaginaría, estos felinos no sólo se adaptan fácilmente al agua, sino que la disfrutan. Según los responsables del proyecto, que son quienes difunden estas fotografías, después de varias sesiones de pileta los felinos mejoran su "humor", e incluso desarrollan una excelente relación con sus cuidadores.
¿Una nueva idea para reemplazar el “patinando”, Marcelo Hugo?
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