NOVEDOSO PLAN CANJE: ¡ABRAN CANCHA!

22/10/08

En un barrio de la ciudad de Villaguay, Entre Ríos, los chicos se entretenían jugando al fútbol en una canchita que habían armado en un baldío. Sin embargo, ese entretenimiento cambió, de manera repentina, cuando los dueños del lugar decidieron arar el terreno para darle otro uso.

Ya sin cancha a la vista, los pibes (o guríes, bah) se dedicaron a fabricar gomeras y debieron modificar su rutina de juegos. El nuevo divertimento pasó a ser: ¡apuntemos a los vidrios!

Poco a poco, los vecinos empezaron a lamentar la rotura de ventanas, el destrozo de los faroles en calles y plazas, y las heridas expuestas de algún que otro enano de jardín.

Los retos y amenazas no detenían a los “justicieros de la canchita” y, al cabo de unas semanas, el clima se espesó para mal. Apareció entonces un vecino bienintencionado, que se ofreció para armar otra cancha que reemplazase a la que fue arada.

No obstante, los chicos continuaron con las gomeras y las piedras, y fue ahí que los vecinos y la Policía descubrieron que no sólo faltaba una canchita, sino también pelotas de fútbol. Fue entonces cuando el comisario, en un arrebato de luminosidad, gritó “eureka” y junto con un amigo empresario -que tiene una casa de deportes- inauguró un innovador plan canje: por cada 15 gomeras entregadas a la autoridad, los chicos recibirían un balón de fútbol.

Conclusión: en Villaguay volvió a jugarse a la pelota, las calles lucen iluminadas por las noches, y ya no se escuchan los gritos de los enanos de jardín.

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