Corren días aciagos para quienes tienen poca plata en el bolsillo y deciden encarar el carrito del supermercado. Los precios de los alimentos y otros productos continúan en espiral ascendente, mientras economistas, opinadores y analistas, buscan explicar la coyuntura con argumentos varios: que la inflación es culpa del aumento de salarios y la falta de contención del gasto público; que hay un desmedido tironeo en la puja distributiva entre asalariados y empresarios; que todo encuentra su origen en el acrecentamiento de los precios internacionales de las materias primas; que, en realidad, lo que influyó mucho fue el conflicto con los productores del campo; que existe una oferta de productos decaída que no alcanza para abastecer el crecimiento de la demanda, que para paliar eso hace falta una inversión que hoy no existe, etc., etc.Mucho se dice, es cierto. Pero sólo unos pocos han hecho foco en una interesante cuestión: en este contexto donde los precios crecen de manera desmedida afectando al conjunto de los consumidores, pero sobre todo a quienes menos poder adquisitivo poseen, existen ciertas empresas que –gracias a ese escenario- obtienen día a día ganancias extraordinarias. Este asunto puede verse con claridad en una nota del periodista Roberto Navarro, publicada en el diario “Página 12” del último domingo. El artículo, obviamente, sirvió de fuente para esta diatriba tunelística.
Después de analizar los balances que algunas grandes empresas presentaron en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, puede verse cómo lograron en 2007 y lo que va de 2008 un extraordinario nivel de ganancias, producto de haber incrementado en forma notable los precios de sus productos (aunque prácticamente no variaron las cantidades que vendieron). Esto es posible porque mantienen en el mercado una posición dominante que les permite aumentar fuertemente los precios y, aún así, no perder niveles de venta. La supremacía que detentan está sustentada por un mercado concentrado y oligopólico, en el que han conseguido ser dominantes gracias –en gran parte- a la sucesiva compra de empresas competidoras. Además, al analizar el nivel de inversión de esas firmas líderes, puede notarse que ninguna parece dispuesta a hacer el esfuerzo de aumentar su capacidad productiva. Es decir, ese nivel de ganancias no tiene su correlato en inversiones que posibiliten atender una mayor demanda a futuro.
Ese “Top 8” que conforma parte de la elite empresaria argentina (y que vía precios voladores obtiene ganancias que serían la envidia de sus pares de cualquier parte del mundo) está compuesto por:
-Molinos Río de la Plata: produce alimentos como el aceite Cocinero, las harinas Blancaflor y Favorita, la yerba Nobleza Gaucha, el rebosador para milanesas Preferido, el bizcochuelo Exquisita, Vitina, etc. De acuerdo a su último balance, aumentó sus utilidades en un 75%. En 2007 adquirió la empresa Virgilio Manera, que hasta ese momento lideraba el mercado de pastas secas, y el Grupo Estrella, que produce la yerba de mayor venta, Cruz Malta, y el arroz líder, Gallo. Molinos pertenece a la compañía Pérez Companc, que maneja más del 50% de los mercados de sus principales productos. Pero el rubro en el que más avanzó es el de los congelados, concentrando el 89% de las ventas.
-Quickfood: con sus marcas Paty y Quickfood maneja el 60% del mercado de hamburguesas. Esta posición dominante le permite vender una caja de 330 gramos de carne con 20% de grasa a $6. Su último balance dice que la compañía ganó un 64% más en relación con el período anterior.
-Arcor: lidera el rubro de alimentos enlatados, como tomates al natural, arvejas, duraznos, atún y lentejas, entre otras. Con la compra de La Campagnola, en 2006, también es la firma de mayor participación en mermeladas tradicionales y de bajas calorías. Además, maneja el mercado de las golosinas y participa en la venta de helados de marca. En 2007 ganó un 40% más que en 2006.
- La Serenísima: El 70% de la leche que se consume en el país es vendida por la empresa de Mastellone. Es líder en manteca, crema y dulce de leche y segunda en el resto de los productos que fabrica. Junto con la cooperativa SanCor conforman el oligopolio que maneja los precios de los lácteos. La Serenísima arrastra un fuerte pasivo en moneda extranjera desde la década pasada pero, a pesar de ello, y gracias a los fuertes aumentos que aplicó a los precios de sus productos, pasó de perder $20 millones en el 2006 a ganar $3,5 millones en 2007.
- Ledesma: la compañía jujeña es líder del mercado azucarero. Aunque el valor del azúcar retrocedió un 38% en el mundo entre mayo de 2006 y mayo de 2007, en el mercado argentino la compañía subió sus precios en un promedio de 10%. De esa manera consiguió ganar en ese período un 7% más que en el ejercicio anterior.
-Colorín: lidera el mercado de pintura. Sus ganancias en 2007 crecieron 112% en relación con 2006. En los últimos tres años la compañía aumentó su patrimonio en un 490%.
- Loma Negra: esta cementera fue adquirida hace poco por el grupo brasileño Camargo Correa. En su último balance se observa que, merced al fuerte incremento que aplicó al precio de sus productos, elevó sus utilidades en un 95%.
-Aluar: fabrica el aluminio que sirve de insumo para la construcción, el sector automotor, y para elaborar los envases de tomates al natural, arvejas y duraznos. En el último período contable registró un aumento de sus ganancias del 42%.
Más claro, échele lavandina... en lo posible Ayudín, que blanquea mejor (¡Chan!).
Si en los próximos días observan que levantamos este post (esta notita, bah), será porque hemos recibido el apoyo publicitario de alguna de estas 8 empresas. En ese caso, cabe decir a nuestro favor que somos: humanos... y ¡argentinos! A esta altura del partido no seguirán creyendo que los medios “son el fiel reflejo de la realidad” y que el periodismo “es libre, objetivo e independiente”; ¿o sí?
Fuente: Diario "Página 12"
Agradecimiento: a Melquíades Cufré
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