Hace años un granjero de Sudáfrica llamado Marius Els cobró notoriedad a través de unos videos que subía a Youtube, en los que mostraba en detalle cómo convivía con un hipopótamo al que “había adoptado” desde cachorro. De hecho, todavía pueden encontrarse en la web imágenes del sudafricano jugando con el animal, montándolo como si fuese un caballo, lavándole los dientes, etc.
Marius solía decir en diferentes reportajes que el paquidermo era “como un hijo” para él, y aclaraba todo el tiempo que a pesar de tener instinto animal se comportaba “como un ser humano”.
Ajeno a las apreciaciones de su amo, hace un par de días el hipopótamo se despertó y, al primer bostezo, sintió que recobraba su naturaleza salvaje. Cuando un rato después Marius Els apareció en la laguna, sonriente y con ganas de acariciarlo, el animal le respondió con un par de mordiscos, un apretón fuerte de mandíbulas y un remolque acuático forzoso que lo sumergió en el agua enlodada… Varias horas más tarde los lugareños encontraron el cuerpo destrozado. El hipopótamo tomaba sol como si nada, y al pobre Marius ya no le quedaban piernas ni sonrisa.
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