UN PARO QUE HUELE MAL

21/6/11


Una huelga protagonizada por los trabajadores de servicios fúnebres de San Pablo interrumpió el normal desarrollo de velorios y entierros en esa ciudad brasileña, lo que provocó desesperación entre aquellos familiares que estaban despidiendo a sus muertos.

El paro de actividades, que incluye a los administrativos del cementerio, choferes y sepultureros municipales que reclaman un aumento de salarios, trajo como consecuencia la suspensión de los entierros y, en forma paralela, el alargamiento de los velorios que comenzaron antes de la huelga. 

Ciudadanos que velan a sus familiares en casa exigieron una solución urgente a las autoridades paulistas, ya que las horas pasan y no saben qué destino darle a sus muertos.

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