Lo inventaron en China, pero ya genera un boom de ventas en el conurbano bonaerense, Córdoba y otras provincias. Se trata de un kit especial que es utilizado por los alumnos para copiarse en la escuela, ya que posee una característica práctica y fundamental: lápiz y papeles pueden comerse sin dejar mayores rastros.
El kit está formado por una especie de lápiz o lapicera rellena con caramelo líquido sabor limón, que viene acompañada por tres hojas comestibles. Con la lapicera se escribe el machete en las pequeñas hojas de colores y, como todos los elementos están hechos en base a una sustancia dulce y nutritiva, el alumno después de copiarse puede desayunarse las pruebas sin problemas.
Un kiosquero cordobés aseguró que “todos los chicos del secundario lo están comprando. Lo usan para hacer machetes y luego se comen la prueba. De esa forma no tienen motivo para sentir culpa”, reflexionó.
El kit está formado por una especie de lápiz o lapicera rellena con caramelo líquido sabor limón, que viene acompañada por tres hojas comestibles. Con la lapicera se escribe el machete en las pequeñas hojas de colores y, como todos los elementos están hechos en base a una sustancia dulce y nutritiva, el alumno después de copiarse puede desayunarse las pruebas sin problemas.
Un kiosquero cordobés aseguró que “todos los chicos del secundario lo están comprando. Lo usan para hacer machetes y luego se comen la prueba. De esa forma no tienen motivo para sentir culpa”, reflexionó.
2 comentarios:
Bueno pero nada impide que de reprimenda se coman el examen mismo...bueno me parece que despisté!
A veces más vale comerse un examen que morfarse un aplazo.
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