La policía militar (PM) del Estado brasileño de San Pablo lanzó una operación relámpago en el distrito de San Manuel, con el objeto de atrapar al jefe de una pandilla de traficantes de drogas. De acuerdo a la inteligencia previa realizada por la policía, el mandamás de los narcos es un niño de 10 años apodado Poderosito. El subcomandante de la PM sostuvo que “Poderosito es el patrón de la banda, así lo revelan los testimonios de miembros de la cuadrilla que ya fueron detenidos”.
Con la originalidad de siempre, los policías a cargo del operativo decidieron denominar las acciones como “Operación Pañales” y, una vez puesto el nombre, se lanzaron a las calles de San Manuel en busca de los malhechores. Sin embargo, pese a la magnitud del despliegue, no pudieron dar con Poderosito y debieron conformarse con la detención de dos jóvenes, de 17 y 20 años, que fueron encontrados con armas y drogas.
Enterado de la intentona policial, el coordinador de Infancia y Juventud del Tribunal de Justicia de San Pablo, Antonio Malheiros, aseguró que le suena “muy difícil que un niño de 10 años pueda ser jefe de traficantes. De todas formas, si eso fuese verdad estaríamos frente a un chico que, como muchos otros, merece el cuidado especial del Poder Judicial”, argumentó. Al conocer las declaraciones de Malheiros, los jefes policiales refunfuñaron un poco… y decidieron seguir con la tormenta de ideas para darle nombre a su próxima misión.
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