EL SUEÑO DEL COLECTIVO PROPIO

18/5/10

El viernes pasado, mientras caminaba aburrido por el interior de la Terminal de Ómnibus de la ciudad de Tucumán, un chico de 11 años –conocido con el apodo de Tamalito– vio de reojo cómo un chofer bajaba de su colectivo y encaraba raudamente rumbo al baño.

El interno 2 de la empresa San Pedro quedó vacío y con el motor encendido. Tamalito no dudó, hacía rato que andaba con ganas de visitar a un amigo que vivía en un barrio alejado de la ciudad. Después de pispear hacia los costados, para confirmar que nadie lo viese, encaró la escalera del colectivo y ocupó el lugar del conductor.

Una vez sentado frente al volante quiso acelerar, pero notó que el pie derecho apenas le llegaba al pedal. Entonces, decidió conducir semiparado. El colectivo comenzó a moverse y Tamalito inició un paseo de más de una hora por los suburbios tucumanos. La mayor parte del recorrido la hizo zigzagueando. Eso provocó que algunos transeúntes y automovilistas entraran en pánico y avisasen a la policía.

Finalmente, los agentes de tránsito terminaron con la travesura de Tamalito, quien se bajó contento y traspirado del colectivo. Apenas retomó el aliento, aseguró que el micro era más interesante que la bicicleta, y dejó en claro que su futuro sería de colectivero. Eso sí, quedó pendiente la visita a casa de su amigo… el ómnibus tenía volante, pero no GPS.

2 comentarios:

Triple R dijo...

Se comenta que en la República de Los Hornos hay dos padres preocupados y mirando de reojo su auto, parece que Nicki se las trae como Tamalito

Guantes, casco, mamadera... ¡y ponete el cinturón!