AL CURA GIGOLÓ LE SACARON LA ROJA

24/2/10

Un cura del Arzobispado de Toledo, España, fue apartado de su cargo cuando las autoridades eclesiásticas descubrieron que había desviado 17 mil euros del presupuesto de la parroquia de Noez, para utilizarlos en líneas telefónicas eróticas y suscripciones a webs pornográficas.

De acuerdo a las denuncias, Samuel Martín, el párroco de 27 años, no sólo se dedicaba a las tareas contemplativas, sino que para conseguir ingresos extras promocionaba, a través de internet, sus servicios de gigoló, con tarifas que oscilaban entre los 50 euros por 15 minutos a los 120 euros por hora.

Al parecer, su labor de semental no le rendía los frutos esperados ya que, para cubrir sus gastos, Martín debía recurrir a las alcancías parroquiales. En su último día al frente de la Iglesia, el propio párroco, conciente de su despido, les confesó a sus feligreses que había robado dinero.

La alcaldesa del pueblo de Noez, Yolanda Sánchez, reconoció que entre los vecinos había comentarios de todo tipo respecto del párroco: las “actividades extrarreligiosas de Martín eran un secreto a gritos”, aseguró.

Además, Sánchez acusó al cura de intentar vender a través de la página de subastas Ebay una obra de arte valuada en más de 10 mil euros, que pertenecía al patrimonio de la Iglesia de Noez. La prueba irrefutable que expuso la alcaldesa era que el número de teléfono del vendedor del cuadro que figuraba en internet era idéntico al del gigoló que ofrecía sus servicios sexuales y, coincidía –vaya paradoja- con el del cura Martín.

Fuentes del Arzobispado de Toledo explicaron que por estos días, dada su condición de desocupado (o "parado", como dicen los españoles), el ex cura dedica su tiempo a elevarle rezos a San Cayetano.

3 comentarios:

Turco dijo...

Este cura sí que está lejos de ser un "santo"...

Anónimo dijo...

A este de castigo lo van a mandar para acá. Al curita grassi ya se le cae la baba.

No sean tan duros, muchachos. Sucede que, durante una noche de insomnio, el párroco de Toledo confundió la Biblia con el Kamasutra y, a partir de esa madrugada de fantasía, decidió “no dormirse más”. Al otro día puso un aviso en el diario: “Cambio sotana gastada pero casta por sex-toy que funcione como la hostia”.