Los investigadores de ciencias sociales norteamericanos suelen sorprendernos con estudios del más variado color y pelaje (algunas veces mueven a la reflexión, otras a la risa). En este caso nos sucede un poco de todo, debe ser el frío.Lo concreto es que un politólogo que adscribe al partido Republicano estadounidense, Benjamin Shapiro, realizó un experimento con 200 personas y llegó a una ineludible conclusión: el secreto para ganar una elección es que el candidato tenga “cara de competente”.
Shapiro afirma que gran parte de los votantes se rige por el rostro de los candidatos y, en esa línea, sostiene que "sabíamos que la imagen era importante, pero no hasta este punto".
Al politólogo no le extraña que los afiches de campaña tengan cada vez menos mensajes y se centren en mostrar la cara de los candidatos: “Estamos predispuestos genéticamente, y hay toda una teoría evolutiva que lo explica, a confiar en las personas por la primera impresión que nos generan”, sintetizó Shapiro.
Ya podemos intuir porqué la campaña electoral vernácula se reduce a eslóganes y “caripelas”.
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