A PIQUE: ARGENTINA, BRASIL... ¡Y DE ÁNGELI!

11/9/08


En fútbol, Argentina es una lágrima y Brasil da pena: ayer, ambas selecciones cayeron a pique. Pero no fueron las únicas, dado que otro símbolo sudamericano también se vino abajo: Alfredo “Droopy” De Ángeli (aunque, “a Dioۥgracia”, no le pasó nada. ¿Saben por qué? Porque es como Caniggia: “el hijo del viento”).

América Latina cierra otra semana convulsionada. Pero no nos referimos, en este caso, a los graves conflictos políticos de Bolivia, ni a los índices económicos argentinos, ni al “mensalão” brasileño, ni a la deuda externa interminable, ni a la pobreza o la violencia, ¡no, señor!

Nos referimos, simplemente, a una cuestión de pelotas (o bolas, como dirían nuestros vecinos verde-amarelos) y aviones (o avionetas, mejor dicho). A saber:

Argentina paseó su amargura futbolística por Perú, donde sólo empató 1 a 1. Quiso poco, buscó casi nada, y la castigaron con un gol sobre la hora (uno de ésos que dejan bien hinchadas las venas de las sienes: de calentura, claro). Brasil, por su parte, jugó un fútbol displicente, y su público despidió al técnico Dunga al grito de: “burro, burro”. Terminó 0 a 0 con la selección boliviana.

En síntesis, la desidia argentino brasileña hizo caer a pique la reputación futbolera de ambos equipos, y elevó a un papel de dignidad las presentaciones de Perú y Bolivia. De todas formas, la estirpe futbolística no fue lo único que se desplomó en estos días.

La otra gran caída de la semana la protagonizó, no en una cancha, sino en el propio aire, el popularísimo y requerido (por electores y partidos políticos varios) Alfredo De Ángeli. Su avioneta se vino abajo un ratito después del despegue, pero el intrépido “Droopy” salió ileso (o a flote, según se vea). Entendidos en la soja y el arrendamiento aseguran que su cándido vuelo de súper-man se debió no sólo a su parentesco con Dios, sino a su natural parecido con el símbolo máximo de la ciudad de Henderson, el “Pájaro” Caniggia (también conocido por ser el “hijo del viento”). Esos rasgos, a todas luces superiores a la media, hicieron que el vuelo de Alfredo fuese el de una pluma (una pluma color verde soja, al fin de cuentas).

Fuentes bienintencionadas afirman que sería bueno que De Ángeli deje de confiar tanto en sus “súper-poderes” y dedique parte de su tiempo a nuevos menesteres. ¿A qué nos referimos? Bueno, todos conocen que uno de los puntos centrales del discurso del ruralista es la revisión de las retenciones. Ahora debería agregar otro ítem: la revisión de los motores de las avionetas que le prestan sus amigos... porque con amigos así, para que necesita enemigos.

0 comentarios: