En los últimos días de enero se desarrollaba en la ciudad de Itajaí (Estado de Santa Catarina, Brasil) un novedoso torneo femenino de fútbol sobre arena. Se enfrentaban los equipos de Trevo y Elite en un partido que prometía ser emocionante.Las chicas de Trevo comenzaron jugando mejor y al cabo del primer tiempo ganaban el partido por goleada, 3 a 0. En el segundo período, “as meninas” de Elite repuntaron y con algo de juego y mucho de coraje deportivo empataron el partido cuando faltaban 5 minutos para el cierre. No conformes con eso, consiguieron un cuarto gol y, ya sobre el tiempo de descuento, se despacharon con un quinto, que ponía el partido 3-5. Las chicas festejaron ese último tanto, que sellaba la victoria, muy cerca del banco de suplentes de Trevo y eso terminó por enloquecer a Rafael Carlos da Silva, técnico del equipo perdedor.
Rafael, fuera de sí, insultó a la autora del gol, corrió hacia donde estaba el juez de línea, le robó la bandera y, con el palo de la misma, la emprendió a golpes contra las muchachas de Elite. Las chicas pasaron de festejar el gol a defenderse como podían del loco del banderín. El árbitro y parte del público intervinieron en la disputa y después de algunos forcejeos consiguieron controlar al desaforado da Silva. Eso no impidió que 3 de las jugadoras terminaran con magullones en el rostro.
Finalmente, da Silva aprovechó la confusión para huir rumbo a su casa donde, días después, recibió la suspensión de 3 años que le impuso la Fundación Municipal de Deporte. Más allá de esa sanción, según cuentan sus allegados, lo que más le dolió fue el escrache que le obsequió un matutino de la región llamado "Diarinho", que al otro día del incidente publicó en su nota de tapa: "GROSERÍA EN LA ARENA: ¡TÉCNICO MACHOTE GOLPEA JUGADORAS CON EL PALO DEL BANDERÍN!"
Rafael, fuera de sí, insultó a la autora del gol, corrió hacia donde estaba el juez de línea, le robó la bandera y, con el palo de la misma, la emprendió a golpes contra las muchachas de Elite. Las chicas pasaron de festejar el gol a defenderse como podían del loco del banderín. El árbitro y parte del público intervinieron en la disputa y después de algunos forcejeos consiguieron controlar al desaforado da Silva. Eso no impidió que 3 de las jugadoras terminaran con magullones en el rostro.
Finalmente, da Silva aprovechó la confusión para huir rumbo a su casa donde, días después, recibió la suspensión de 3 años que le impuso la Fundación Municipal de Deporte. Más allá de esa sanción, según cuentan sus allegados, lo que más le dolió fue el escrache que le obsequió un matutino de la región llamado "Diarinho", que al otro día del incidente publicó en su nota de tapa: "GROSERÍA EN LA ARENA: ¡TÉCNICO MACHOTE GOLPEA JUGADORAS CON EL PALO DEL BANDERÍN!"
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