Los especialistas aseguran que una vaca puede producir de 100 a 200 litros de metano cada día. De ahí que no resulte extraño que el sector ganadero sea causante del 18% de los gases que generan el efecto invernadero, según se desprende de un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). De acuerdo a ese trabajo, si se trazara un equivalente entre el metano que provoca el ganado y el dióxido de carbono que genera el transporte, se llegaría a la conclusión de que los gases de los rumiantes causan mayor daño.
Analizando todo esto, llegamos a comprender el esfuerzo de los científicos australianos, ya que si consiguen transplantar a vacas y ovejas la bacteria que “limpia” naturalmente de metano las flatulencias de los canguros, estarán colaborando con una disminución de gases perniciosos para nuestra atmósfera. Por caso, quienes trabajan en el proceso aseguran que en la actualidad vacas y ovejas son las causantes de un 14% de las emisiones de metano que provoca Australia.
Si bien en los seres humanos las emisiones de este gas son ínfimas en comparación con el ganado vacuno, vale recordar que un tercio de nuestros congéneres adultos posee altas concentraciones de metanógenos y, por ende, excreta una apreciable cantidad de metano. ¿Usted quiere evitar ser parte de la contaminación ambiental? ¡Muy fácil! No tome tragos con pajita ni bombillas, evite exagerar con los porotos, coma lento y relajado y, obviamente, escuche “El Túnel y los tiempos”.
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