En el hospital católico Jikei de Kumamoto, ubicado en la isla nipona de Kyūshū, funciona el primer buzón japonés para bebés no deseados. Según sus promotores, esta suerte de depósito de niños, llamado "la cuna de la cigüeña" (Kōnotori no yurikago), busca evitar el abandono de bebés en la vía pública y los numerosos casos de aborto.El receptáculo de niños, que ha generado una gran polémica en Kumamoto, está instalado sobre uno de los costados del hospital, y funciona de la siguiente manera: a través de una ventanilla de 45 x 60 cm. que se abre como una puerta, la madre o el padre del bebé pueden depositarlo –de manera anónima- en una incubadora. Esta incubadora, a su vez, está dentro de un cuarto debidamente climatizado y preparado para recibir al bebé. En la habitación existe una cámara de video que posibilita a los empleados del hospital enterarse si alguien ha dejado un niño. El otro mecanismo que también sirve de alerta es un sensor, que se activa cuando se abre la puerta.
Por otra parte, la persona que deposita al bebé retira del receptáculo un comprobante en papel, que puede servirle en caso de arrepentimiento para recuperar al niño. En fin...las imágenes (de TV Asahi) con las cuales el hospital salió a difundir la puesta en marcha del buzón son tan descriptivas, que sirven para ahorrar palabras (vale decir -como último comentario- que todo el mundo quedó sorprendidísimo cuando, al abrirse por primera vez la puerta del buzón de Kumamoto –en mayo de 2007-, los médicos del hospital no se encontraron con un bebé de meses, sino con un niño de 3 años).
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