En la ciudad inglesa de Evesham el caudal turístico comenzó a marchar viento en popa desde que un hotel especializado en recibir gente chic agregó un nuevo servicio para sus huéspedes: las habitaciones caninas.
Las mascotas de los turistas que visitan el hotel reciben un trato tan distinguido como el de sus dueños, ya que las suites para perros, además de cuchas sofisticadas, suelen incluir especialidades culinarias, como sopas, tortas, bifes, salmón, supremas de pollo, budín y bizcochos.
Debbie Sinclair, la dueña del hotel, imagina que este tipo de servicios será furor en poco tiempo y asegura, como botón de muestra, que “en Francia ya permiten el ingreso de animales en los restaurantes donde comen sus dueños”.
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