Día tras día, alrededor de 20 mil turistas provenientes de todo el mundo visitan la Capilla Sixtina, en el Vaticano. Estos visitantes suelen quedarse absortos ante la belleza de los frescos de Miguel Ángel, Botticelli, Pinturicchio, Perugino o Signorelli. Ahora bien, aunque parezca mentira, esa admiración que mueve a la gente a concentrarse en torno a la obra de arte, podría aparejar en un futuro cercano el deterioro y hasta la destrucción de las pinturas.
Sucede que el asombro exhibido por los turistas, que acompañan su fascinación con monosílabos, suspiros y otras manifestaciones que expelen aliento, sumado a la sudoración, la caída de cabello, caspa y otros menesteres de raigambre humana, están generando un nivel de polución que daña las obras de arte.
Al referirse a la contaminación involuntaria que provocan los turistas, Antonio Paolucci, director de los Museos Vaticanos, aseguró que 7 millones de visitas anuales ejercen demasiada presión humana sobre los frescos de la Capilla Sixtina y los sistemas de ventilación no dan abasto, ya que son obsoletos para neutralizar la polución provocada por la gente.
Las secreciones contaminantes del factor humano y la ausencia de un mecanismo eficaz que pueda frenarlas ya pusieron en jaque el legado de Miguel Ángel Buonarroti. Según cuentan los expertos, en el Vaticano descreen de una victoria, y se conforman con una partida ambiental que termine en tablas.
Paradojas creativas: el arte, que esconde en su esencia la necesidad de ser contemplado, descubre un día que en el propio acto de contemplación se oculta el germen (o el polvo) que puede matarlo. Pintó la esquizofrenia, loco… ¡A rezarle a van Gogh!
2 comentarios:
Lo mejor que pueden hacer por el arte y por la gente es llevar esas obras a un museo, sacar el oro y otros mnesteres caros de la capillita y adivinen qué? Sí! invertirlos en acciones concretas para reducir la pobreza, amigachos!! pero pol favor!!
(aclaración: los neologismos son adrede)
Contrario a lo que usted imagina y propone, cara Triple R, lo que las autoridades evalúan hacer es construir una réplica en 3 dimensiones de los frescos de la Capilla Sixtina. La idea es que, en un futuro próximo, nadie pueda visitar la original, y se conformen con acceder a la réplica en 3D. Ya lo dijo Cristina, por un lado está la Capilla real, y por otro la virtual. Bué, parece que los turistas deberán conformarse con la segunda.
Abrazo grande. Gracias por visitarnos.
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