Promediaba diciembre de 2007 cuando, en las afueras de un sosegado pueblo del este de Holanda, un helicóptero se estrelló contra unas torres de cableado eléctrico. El accidente provocó que quince ciudades de la región se quedasen sin electricidad durante dos días.
El apagón fue superado y todos se olvidaron del incidente, aunque volvieron a recordarlo hace unas semanas, cuando se conocieron los índices de natalidad de Holanda. Sucede que, de acuerdo a las estadísticas, la tasa de natalicios del país aumentó un 44%, y todo el mundo asegura que la explicación hay que buscarla en el boom de nacimientos que se registró en septiembre, nueve meses después del gigantesco corte de luz.
Según fuentes oficiales, las quince ciudades que soportaron el apagón registraron una enorme cantidad de alumbramientos. En el distrito de Maasdriel, por ejemplo, la falta de luz y calefacción durante 50 horas provocó que muchas familias buscasen refugio en otros municipios. Pero otros decidieron quedarse en su casa: “Hacía frío en esas viviendas. La gente se iba temprano a la cama para permanecer caliente y, nueve meses más tarde, tenemos esto: unos cuantos bebés más”, aseguró la portavoz municipal Anneleas van Eijkeren.
En septiembre de 2007 Maasdriel vio nacer 18 niños, pero en el mismo mes de este año hubo 36 partos, todo gracias al abrupto encuentro del helicóptero con los cables. “En Holanda nos gustaría mucho tener más habitantes, pero no de este modo. Ni en chiste”, dijo Anneleas van Eijkeren, quien –después de una pícara sonrisa–, bajó la perilla de luz y rumbeó para la cama.
0 comentarios:
Publicar un comentario