LA VIEJA ESTÁ EN LA CUEVA. ¿Y EL TÚNEL? ¡EN CASA!

7/3/08

Esta noche en “El Túnel y los tiempos” no les hablaremos del precio de la papa, ni de cuánto cuesta el asado. No vamos a contarles pormenores de ningún asalto, ni nos extenderemos sobre el estado de salud de Bergara Leumann. Tampoco haremos hincapié en las causas de las inundaciones, ni nos aventuraremos a afirmar si sigue o no la lluvia.

No señor, no señora!

A partir de las 10 de la noche vamos a revelarles por qué la necesidad tiene cara de hereje, por qué Riquelme maneja bien la pelota pero es un pésimo conductor (de autos, claro) y por qué en Santa Fe arreglan todo a los tiros. También les demostraremos que el común de los mortales cae en el “efecto Grundig”, aquel que reza que todo producto o servicio que sea más caro que sus respectivos competidores debe ser mejor (y por ende termina agujereando la cartera de la dama y el bolsillo del caballero). Les describiremos en detalle cómo son los seguros de 10 mil euros que cubren a las mascotas de los tailandeses ricos, y les explicaremos por qué aunque rumanos, los policías de Bucarest andan más perdidos que turco en la neblina.

En fin, inundados de “porqués” (casi tantos como los que tendría un chico de 4 años), y aferrados a refranes que bien podrían escucharse en la verdulería del barrio, esta noche haremos lo posible por aburrirlos, incomodarlos, agobiarlos...es decir, por acompañarlos (suponemos que ya oyeron hablar de que hay gente que es mala compañía).

Amigo, amiga, agarre la radio, abrace el paraguas, busque un lugar cómodo de la casa y tararee: “que llueva, que llueva, la vieja está en la cueva...”.

“El Túnel y los tiempos”...el único bálsamo que no consuela. O como diría el finado Saúl Ubaldini, “efectivamente, todo lo contrario”.

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